TORTILLA DE PATATA, LONGANIZA Y CEBOLLA CARAMELIZADA

Ya sabéis que yo soy de buen comer y que no le hago ascos a casi nada pero donde esté una buena tortilla, que se quite lo demás! Un trozo de tortilla, un poco de pan y un vinito o una caña y para mi no hay cosa mejor en el mundo... seguro que para muchos de vosotros tampoco, verdad? Todavía tenía en casa  un buen trozo de la buenísima longaniza de Graus que me habían enviado desde Aventín, así que solo tuve que caramelizar un poco de cebolla y ala, pedazo de tortilla de lujo!

Con esta receta participo en el Concurso de Tapas organizado por Elena, del blog Elena en su salsa y patrocinado por Més del Passeig y Pasteles de Barcelona. Desde aquí os animo a que participéis! El plazo para presentar vuestras recetas acaba el domingo 21 así que aún os quedan un par de días.... La recopilación de tapas va a ser genial y los premios son un lujazo!

INGREDIENTES:
* 2 patatas
* 1/2 cebolla
* 125 gr de longaniza fresca
* 4 huevos
* 2 cucharadas de azúcar
* Un chorro de vinagre de Módena
* Aceite y sal

PREPARACIÓN:

Pelamos y picamos finamente las patatas y las ponemos a freír en abundante aceite caliente.
Mientras se fríen las patatas, preparamos la cebolla caramelizada: picamos la cebolla y la ponemos a pochar en un cazo con unas cucharadas de aceite y un pellizco de sal. La mantendremos a fuego suave hasta que esté tierna. Una vez lista, añadimos el azúcar y el chorro de vinagre de módena, removemos y subimos el fuego un minuto para que coja temperatura y luego mantenemos a fuego suave otra vez hasta que se caramelice.
Le quitamos la piel a la butifarra, desmenuzamos la carne con los dedos y la salteamos en una sartén con un poco de aceite. No hace falta hacerla mucho, solo hasta que cambie de color.

Batimos bien los huevos y añadimos todos los ingredientes anteriores: las patatas fritas y escurridas, la cebolla caramelizada y la butifarra salteada. Mezclamos todo bien y cuajamos en una sartén como una tortilla tradicional. Una vez lista la cortamos en triángulos y la servimos sobre una rebanada de pan, sujeta por un palillo o una brocheta.